Orosia
regresa al pueblo sobrarbés en el que ejerció de maestra durante veinticinco
años, donde recibe un homenaje de los que fueron sus alumnos. Allí recuerda la
traumática separación con su esposo y casualmente coincide con el que había
sido su primer novio, Martín. Él ha enviudado y, tras algunos encuentros,
reverdece su antigua historia de amor.
Orosia
se jubila y marcha a Bolivia seis meses para visitar a su hijo Tomás que
trabaja en una multinacional. Allí conoce a su prometida, Yanai, separada y con
una hija, Sumailla, muy amiga de Sisa. De ambas niñas deberá cuidar nuestra
protagonista, a la vez que se encuentra envuelta en situaciones difíciles y
complejas. Recorre la ciudad paceña y viaja por el país. Conoce a Amaru, con
quien está a punto de iniciar una nueva relación, pero en España le espera
Martín.
La
novela describe la vida y la escuela de un pueblo pirenaico en la década de los
sesenta y los setenta del pasado siglo y nos ofrece un viaje cargado de
anécdotas por parajes poco conocidos en la lejana y agreste Bolivia.