VOLVER A LA PÁGINA DE INICIO

VOLVER A LA PÁGINA DE INICIO editorialpirineo.com

viernes, 8 de marzo de 2024

LA ALTA GUARGUERA: pueblos deshabitados lo que hemos perdido de CRISTIAN LAGLERA (Abenilla, Arruaba, Bescós, Fablo, Fenillosa, Sandiás, Villacampa y las pardinas de Atós Alto y Buesa)

Hace muchos años que pisamos La Guarguera por primera vez. Hemos transitado sus pistas, sus senderos y caminos, paseado por sus núcleos, independientemente de que mantengan población o estén desiertos. La hemos recorrido con nieve, con sol, en épocas de agua y de sequía, con mucho frío y con mucho calor, en compañía y en soledad, pero disfrutando siempre. Creo que podemos decir que conocemos bien esta tierra. Este libro es un cuaderno de campo de la zona septentrional del valle. El libro recoge información, recuerdos, datos, planos y fotografías de los núcleos deshabitados de Abenilla, Arruaba, Bescós, Fablo, Fenillosa, Sandiás, Villacampa y las pardinas de Atós Alto y Buesa. La única pretensión de este trabajo es inmortalizar, aunque sea de manera escueta, la memoria de estos pueblos. Ese era el objetivo, que damos por cumplido, y además lo hemos hecho disfrutando del camino y de la gente que nos hemos encontrado en él.

SIERRA DE GUARA tomo 1: pueblos deshabitados lo que hemos perdido de ADOLFO CASTÁN (MATIDERO, BINUESTE, BIBÁN, ALASTRUÉ, TORROLLUALA DEL OBICO, TORRUÉLLOLA DE LA PLANA, PARDINAS: BIBÁN, ALBÁS, SAN JUAN DEL CASTILLO Y MOMTALBÁN)

Sierra de Guara, por las rutas del silencio, trata de sintetizar cómo eran arquitectónicamente y lo que perdura de las poblaciones establecidas al norte de la gran barrera rocosa de Guara, cuyo techo alcanza 2078 m. La presencia humana en el área de su influencia es muy antigua, milenios después la vida se fijó en el territorio y alrededor del s. X humeaban aldeas cuyos hogares se apagaron en la década de los 60, cuando pueblos enteros inician la marcha buscando modos de vida diferentes. Se fueron por los caminos de siempre, los que pisaron aquellos cazadores prehistóricos, dejando atrás casas vacías, santuarios sin Dios y cementerios de huesos escondidos. Comenzaremos el viaje partiendo de la carretera del Guarga para visitar las poblaciones de las cabeceras de los ríos Alcanadre, Balcés y Mascún, todas deshabitadas. La carretera del Guarga sirve de enlace a través de pistas. En el libro nos adentramos en la cabecera del río Alcanadre para familiarizarnos con Matidero, Pardineta Bibán, Binueste, Bibán y Alastrué. Después iremos hacia la cuenca hídrica de Balcés, donde moraron las Torrollualas.

NUEVO LIBRO DE JOSÉ ANTONIO ADELL "LAS HECHIZADAS DE LAS MONTAÑAS"

En esta novela se han plasmado los hechos extraordinarios que acaecieron en el valle de Tena, con especial incidencia en el quiñón de La Partacua, entre 1630 y 1642. En sus recónditos pueblos estos sucesos alterarán la vida de sus habitantes. En esos años en Tramacastilla existen en torno a cuarenta casas y en Sandiniés, unas veinte. En la primera población pasan de cuarenta las mujeres consideradas hechizadas y en la segunda, una docena. Todas ellas han tenido algún tipo de relación con Pedro de Arruebo, señor de La Artosa. Estas mujeres, a las que consideran espirituadas, lo acusan de su situación. Otras lo tienen por su amo o señor. La Inquisición lo considera causante de lo que se denominará “epidemia de posesión”. Las correrías de Arruebo y de sus cómplices, Juan de Larrat, cirujano de Panticosa, y Miguel Guillén, sastre y gaitero de Hoz, acusados de brujos, hechiceros, magos, pacto con el demonio, dar maleficio a muchas personas, sospechosos de la fe y seductores de mujeres para inducirlas al mal provocan la alarma en los pueblos del valle, y la justicia se encuentra con dificultades para poder actuar. Todo se complica aún más con la extraña muerte del inquisidor Bartolomé Guijarro, que había sido enviado a la zona a sanar a las posesas.