Miguel, el hijo de Amparo, es tonto. Eso dicen en el pueblo. El maestro, forzándolo a escribir con la derecha, potenció una tartamudez que marcaría su infancia y su adolescencia. Para consolarse, Miguel sueña, sueña con un bandido que vive escondido en los montes. En su fuero interno, Miguel desearía que ese bandido fuese su padre. Porque Miguel no tiene padre conocido. Su madre guarda silencio. a veces, la linea que separa la vida real de la soñada es muy frágil.
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