El día 29 de diciembre Vicente Casasús Granada presentará su libro a las 19 horas en Biescas, en el salón de actos de la Casa de la Cultura.Más información del libro en la página www.editorialpirineo.com |
miércoles, 26 de diciembre de 2012
PRESENTACIÓN DEL LIBRO "LA CABEZA HABLANTE DE MATAUHSEN" EN BIESCAS
viernes, 21 de diciembre de 2012
ESPECIAL EDITORIAL PIRINEO EN EL DIARIO DEL ALTOARAGÓN
http://www.diariodelaltoaragon.es/EspecialesDetalle.aspx?Id=403
En este enlace verás el reportaje que el Diario del Altoaragón ha publicado el 21 de diciembre del 2012 sobre la editorial Pirineo.
jueves, 20 de diciembre de 2012
GUIRAO LARRAÑAGA PRESENTA "LAS GUERRAS CARLISTAS EN EL ALTOARAGÓN"
miércoles, 19 de diciembre de 2012
HOY SE PRESENTA EL LIBRO DE RAMÓN GUIRAO LARRAÑAGA
lunes, 17 de diciembre de 2012
LA EDITORIAL PIRINEO PROPUESTA POR EL EL DIARIO DEL ALTOARAGÓN PARA ALTOARAGONÉS DEL AÑO EN EL APARTADO DE CULTURA
viernes, 14 de diciembre de 2012
martes, 11 de diciembre de 2012
RAFAEL JIMÉNEZ MARTÍNEZ PRESENTA SU LIBRO "PORTAL DE LAS BRUJAS" EN LA FERIA DEL LIBRO ARAGONÉS EN MONZÓN
ARTÍCULO DE VICENTE CASASÚS GRANADA
CRÍTICA DE LA CULTURA
La práctica cultural, el concepto mismo de lo que significa
cultura, está cayendo por una pendiente a la que todavía no le vemos
el final. Lo cierto es que la luz de su superficie se ha quedado muy
atrás y, de tan tenue, semeja a la de un candil si no la espabilamos.
En lugar de centrarnos en el cultivo (esta palabra es sinónimo
de cultura) de la mente y del espíritu, ese que se ha llamado
históricamente humanidades, ese que hacía de nuestros actos y maneras
una superación a mayores o mejores conocimientos sociales -y un juicio
crítico acentuadamente más hondo o al menos más sensible- está
desapareciendo de los programas de formación humana de nuestros
estudiantes para mi lamento y el de otros ilustres conscientes del
peligro. "Es como quitarle las raíces a una planta", afirma Rodríguez
Adrados, Premio Nacional de las Letras (Contra la deriva de las
humanidades, en el diario El País del 27 de noviembre)
Pronto nos vamos a encontrar con tullidos como referentes que
dicen que andan cuando ya solo cojean camino de la silla de
ruedas.Entre otros, ese soy yo. Un tullido, de veras. Un bárbaro
especialista en algo porque sé cada vez más de cada vez menos, porque
conozco el idioma de otros (quiero decir que chapurreo el inglés; el
mío también lo chapurreo) pero, como todos, estoy la mar de
satisfecho. Detrás hay un título académico de cultura utilitaria de
algo para hacer algo. ¿Hacia dónde voy o vamos? No lo sé, pero todos
vamos. Nos vamos y nos vemos en los masters más especializados de las
universidades para los de formación superior. Nos cultivamos como
elite ("Cultura" con mayúscula); somos los voceros y pensadores de la
moda, del glamour social, de las marcas a vestir, de los coches de
lujo, del look, de supuestos viajes congresuales transoceánicos, del
golf y del diseño y, últimamente, de gastronomía; hablamos poco de
economía y todavía menos de política y nada de ciencia, ética
profesional, hambre o necesidades. Nuestros autores favoritos son los
modistos, los cocineros michelín, algún piloto de carreras o
futbolista de equipo grande.
Con los medianos, la clase media cultural, nos vamos y nos vemos
en los cursillos de más de lo mismo a tutiplén, donde se difunde la
cultureja de departamentos oficiales y administraciones empresariales.
Allí hablamos y pensamos de negocios, bajas finanzas, de cine y
fútbol, de coches de marca, de viajes por Europa, de vacaciones en la
playa y, ¡cómo no!, de gastronomía. Esta artesanía apreciable ya tiene
la categoría de "Cultura" con mayúsculas.(Nos lo dicen los medios de
difusión cultural de gastronomía televisiva chorrocientas veces al
día).
¿Y los otros?, o sea, los casi todos. ¿Hacia dónde vamos y los
vemos? A hacer algo, a ocuparlos en la desocupación,a apartarlos de
la indigencia cultural, hacia la cultureta de taller, supongo; de
taller de actividades, de esas que llamamos culturales o formativas.
que humildemente lo son, que lo son y poco más. Estos otros, los más,
los casi todos aspiramos a imitar a los primeros y a los segundos.
Fotocopiamos sus costumbres culturales si podemos, cuando podemos y
cuanto podemos; a pesar de que tampoco venimos de la nada: poseemos
una cultura popular hecha de tradición, de espectadores de fútbol y
televisión, de cantantes de moda, de costumbres ancestrales en
dances, bailes y folclore; de ignorancia e injusticia; de gastronomia
doméstica y otras manifestaciones inocuas; también, de su parte más
cutre y sanguinaria: la que supone torturar, hacer sufrir y matar
animales en fiestas y festejos que no es una costumbre salvaje a
extinguir, ¡qué va!; si no lo sabíamos es cultura, ¡todo esto es la
Cultura, estúpido!
Soy, me reitero, un bárbaro cultural formado con tan mala
conciencia que no por menos decidí adquirir el rol de progresista.
este talante me llevó a integrarme en este grupo -en una época
abundante en el país- porque fue el más cultural de todos: una "raza"
transversal que ha tocado, desde la Transición, todos los ámbitos
culturales. Los conozco bien. He convivido mucho con los "`progres"
que es la fracción más radical de este entramado. No estaba mal. No
estuve mal. Pero, como siempre, se cuelan los indeseados, peor dicho:
los "enterados", los que llegaron después como socialistillos a la
cultura democrática por hacer, los que te pueden asimilar cultura con
culturismo. Estos, los más necios -lo he escuchado-, los que se han
mal leído de pasada una vez los Derechos Humanos, pueden llegar a
justificar la ablación del clítoris, costumbre bárbara de ciertas
sociedades tribales africanas, "como propio de su cultura que
nosotros, aquí y ahora, no debemos tolerar, pero que en su entorno se
ha de respetar" (sic). Están en este punto para deleite de la clase
dominante: en el "respeto" al quehacer de la etnias con retrasos
centenarios, al sortilegio de cualquier medicina o filosofía (todas
tienen que tener el marchamo de naturales y ecológicas) y otras
tolerancias y respetos más (no vienen a cuento ahora) que les dé
oxígeno porque en la nuestra se respira cada vez peor. De seguir así,
terminaremos por alcanzar la espiritualidad más rotunda siguiendo la
ruta cada año de los chamanes andinos.
Calma por mi parte. Esto solo es un desahogo. Corramos un
estúpiodo velo y cambiemos de tono. Además, me he ido por los cerros
de Úbeda y se me desconcierta lo que venía a decir. No quería escribir
sobre esto. Quería hablar de la cultura hecha por la palabra,
singularmente por la palabra escrita, por la Literatura que pronto
habrá que escribir con minúscula.
Vengo,a través de mi experiencia, de unas lecturas y de unas
concepciones en las que el escritor proyectaba sobre ti su talento
para que te penetraran dos cosas fundamentalmente: la emoción de la
obra bella, su estética artística, y el conjunto de valores
espirituales, morales, de experiencia que, como hijo de su tiempo,
atesoraba. El escritor era consciente de lo que tenía que decir.
Buscaba mejorar las cosas que describía o narraba y, por ende,
mejorarme y enseñarme. Notaba su influencia (Lo he percibido en
Dostoievski, Tolstoi, Durrell, Flaubert, Dickens; en Borges, en
Galdós, en Baroja y en tantos otros. Vista la escasa interioridad
moral y estética de los escritores de hoy tal sensación ha pasado a la
historia.
Dicho de otro modo: las palabras que traen a la superficie el
valor de lo que se piensa, de los se siente, han sido tan desgastadas,
tan esgrimidas en una monodia indecente que, como harapos literarios,
tan apenas cubren las vergüenzas de un usar y tirar cotidianos; lo que
duran en un lanzamiento publicitario; porque ahora ya lo sé: el
mercado necesita cantidad, no calidad. Ya no hay veinte años de vuelo,
una generación, para una obra maestra, ¡hay tan pocas! Hagamos un
éxito de ventas y cuanto antes se lea, o se hojeee, mejor; más rápido
se consume y dé paso a otro producto. El lector es, al fin al cabo, el
final de la cadena de consumo de este proceso de producción. ¡Qué
lejos queda ya la afirmación de Joyce que la Literatura verdadera es
aquella que exigía al lector que entregara su vida a la tarea de
leerla!
Las palabras escritas se venden a paso de oferta. Se observa en
política y en los medios de comunicación. Cuantas más dices, más
cantidad son y bastante mejor se venden, pero menos valen. Dudo mucho
que palabras frecuentes en boca de todos, que representan conceptos o
virtudes como democracia, participación, civismo, honradez pública y
un largo etcétera, tengan el mismo sentido, comuniquen lo mismo al
conjunto de la sociedad. Lo digo porque el grado de
comunicación es bajo y dispar. No ha habido cultivo de los conceptos
que sustentan estas palabras. Me digo que no influyen, que se las ha
vaciado de contenido y de compromiso, y que cada uno se queda con lo
que que quiere lo cual, por formación ética y humanista, es poco. Con
el tiempo se convertirán en bagatela de tertulia, a un paso del
folclore social y político.
Las miro de cerca. Cuando se refugian en una lectura, van
untadas en cientos de títulos; nadie se interesa por ellas hasta tal
punto que sean una guía de cabecera para el lector, reconduzca su
sentir o sus hábitos, añada sensibilidad, esperanza o consuelo y buen
hacer a su vida. Son pura evasión. Solo se trata de divertir en el
caso del relato en general, o de distraer al personal intrigando un
poquito con los personajes y cuatro peripecias desarrolladas con
habilidad. No hay misterio verdadero, no hay Literartura profunda, y
no hay ni una sola lectura decisiva para cada hombre. No hay cultura.
Yo digo que no hay.
NO HAY
La práctica cultural, el concepto mismo de lo que significa
cultura, está cayendo por una pendiente a la que todavía no le vemos
el final. Lo cierto es que la luz de su superficie se ha quedado muy
atrás y, de tan tenue, semeja a la de un candil si no la espabilamos.
En lugar de centrarnos en el cultivo (esta palabra es sinónimo
de cultura) de la mente y del espíritu, ese que se ha llamado
históricamente humanidades, ese que hacía de nuestros actos y maneras
una superación a mayores o mejores conocimientos sociales -y un juicio
crítico acentuadamente más hondo o al menos más sensible- está
desapareciendo de los programas de formación humana de nuestros
estudiantes para mi lamento y el de otros ilustres conscientes del
peligro. "Es como quitarle las raíces a una planta", afirma Rodríguez
Adrados, Premio Nacional de las Letras (Contra la deriva de las
humanidades, en el diario El País del 27 de noviembre)
Pronto nos vamos a encontrar con tullidos como referentes que
dicen que andan cuando ya solo cojean camino de la silla de
ruedas.Entre otros, ese soy yo. Un tullido, de veras. Un bárbaro
especialista en algo porque sé cada vez más de cada vez menos, porque
conozco el idioma de otros (quiero decir que chapurreo el inglés; el
mío también lo chapurreo) pero, como todos, estoy la mar de
satisfecho. Detrás hay un título académico de cultura utilitaria de
algo para hacer algo. ¿Hacia dónde voy o vamos? No lo sé, pero todos
vamos. Nos vamos y nos vemos en los masters más especializados de las
universidades para los de formación superior. Nos cultivamos como
elite ("Cultura" con mayúscula); somos los voceros y pensadores de la
moda, del glamour social, de las marcas a vestir, de los coches de
lujo, del look, de supuestos viajes congresuales transoceánicos, del
golf y del diseño y, últimamente, de gastronomía; hablamos poco de
economía y todavía menos de política y nada de ciencia, ética
profesional, hambre o necesidades. Nuestros autores favoritos son los
modistos, los cocineros michelín, algún piloto de carreras o
futbolista de equipo grande.
Con los medianos, la clase media cultural, nos vamos y nos vemos
en los cursillos de más de lo mismo a tutiplén, donde se difunde la
cultureja de departamentos oficiales y administraciones empresariales.
Allí hablamos y pensamos de negocios, bajas finanzas, de cine y
fútbol, de coches de marca, de viajes por Europa, de vacaciones en la
playa y, ¡cómo no!, de gastronomía. Esta artesanía apreciable ya tiene
la categoría de "Cultura" con mayúsculas.(Nos lo dicen los medios de
difusión cultural de gastronomía televisiva chorrocientas veces al
día).
¿Y los otros?, o sea, los casi todos. ¿Hacia dónde vamos y los
vemos? A hacer algo, a ocuparlos en la desocupación,a apartarlos de
la indigencia cultural, hacia la cultureta de taller, supongo; de
taller de actividades, de esas que llamamos culturales o formativas.
que humildemente lo son, que lo son y poco más. Estos otros, los más,
los casi todos aspiramos a imitar a los primeros y a los segundos.
Fotocopiamos sus costumbres culturales si podemos, cuando podemos y
cuanto podemos; a pesar de que tampoco venimos de la nada: poseemos
una cultura popular hecha de tradición, de espectadores de fútbol y
televisión, de cantantes de moda, de costumbres ancestrales en
dances, bailes y folclore; de ignorancia e injusticia; de gastronomia
doméstica y otras manifestaciones inocuas; también, de su parte más
cutre y sanguinaria: la que supone torturar, hacer sufrir y matar
animales en fiestas y festejos que no es una costumbre salvaje a
extinguir, ¡qué va!; si no lo sabíamos es cultura, ¡todo esto es la
Cultura, estúpido!
Soy, me reitero, un bárbaro cultural formado con tan mala
conciencia que no por menos decidí adquirir el rol de progresista.
este talante me llevó a integrarme en este grupo -en una época
abundante en el país- porque fue el más cultural de todos: una "raza"
transversal que ha tocado, desde la Transición, todos los ámbitos
culturales. Los conozco bien. He convivido mucho con los "`progres"
que es la fracción más radical de este entramado. No estaba mal. No
estuve mal. Pero, como siempre, se cuelan los indeseados, peor dicho:
los "enterados", los que llegaron después como socialistillos a la
cultura democrática por hacer, los que te pueden asimilar cultura con
culturismo. Estos, los más necios -lo he escuchado-, los que se han
mal leído de pasada una vez los Derechos Humanos, pueden llegar a
justificar la ablación del clítoris, costumbre bárbara de ciertas
sociedades tribales africanas, "como propio de su cultura que
nosotros, aquí y ahora, no debemos tolerar, pero que en su entorno se
ha de respetar" (sic). Están en este punto para deleite de la clase
dominante: en el "respeto" al quehacer de la etnias con retrasos
centenarios, al sortilegio de cualquier medicina o filosofía (todas
tienen que tener el marchamo de naturales y ecológicas) y otras
tolerancias y respetos más (no vienen a cuento ahora) que les dé
oxígeno porque en la nuestra se respira cada vez peor. De seguir así,
terminaremos por alcanzar la espiritualidad más rotunda siguiendo la
ruta cada año de los chamanes andinos.
Calma por mi parte. Esto solo es un desahogo. Corramos un
estúpiodo velo y cambiemos de tono. Además, me he ido por los cerros
de Úbeda y se me desconcierta lo que venía a decir. No quería escribir
sobre esto. Quería hablar de la cultura hecha por la palabra,
singularmente por la palabra escrita, por la Literatura que pronto
habrá que escribir con minúscula.
Vengo,a través de mi experiencia, de unas lecturas y de unas
concepciones en las que el escritor proyectaba sobre ti su talento
para que te penetraran dos cosas fundamentalmente: la emoción de la
obra bella, su estética artística, y el conjunto de valores
espirituales, morales, de experiencia que, como hijo de su tiempo,
atesoraba. El escritor era consciente de lo que tenía que decir.
Buscaba mejorar las cosas que describía o narraba y, por ende,
mejorarme y enseñarme. Notaba su influencia (Lo he percibido en
Dostoievski, Tolstoi, Durrell, Flaubert, Dickens; en Borges, en
Galdós, en Baroja y en tantos otros. Vista la escasa interioridad
moral y estética de los escritores de hoy tal sensación ha pasado a la
historia.
Dicho de otro modo: las palabras que traen a la superficie el
valor de lo que se piensa, de los se siente, han sido tan desgastadas,
tan esgrimidas en una monodia indecente que, como harapos literarios,
tan apenas cubren las vergüenzas de un usar y tirar cotidianos; lo que
duran en un lanzamiento publicitario; porque ahora ya lo sé: el
mercado necesita cantidad, no calidad. Ya no hay veinte años de vuelo,
una generación, para una obra maestra, ¡hay tan pocas! Hagamos un
éxito de ventas y cuanto antes se lea, o se hojeee, mejor; más rápido
se consume y dé paso a otro producto. El lector es, al fin al cabo, el
final de la cadena de consumo de este proceso de producción. ¡Qué
lejos queda ya la afirmación de Joyce que la Literatura verdadera es
aquella que exigía al lector que entregara su vida a la tarea de
leerla!
Las palabras escritas se venden a paso de oferta. Se observa en
política y en los medios de comunicación. Cuantas más dices, más
cantidad son y bastante mejor se venden, pero menos valen. Dudo mucho
que palabras frecuentes en boca de todos, que representan conceptos o
virtudes como democracia, participación, civismo, honradez pública y
un largo etcétera, tengan el mismo sentido, comuniquen lo mismo al
conjunto de la sociedad. Lo digo porque el grado de
comunicación es bajo y dispar. No ha habido cultivo de los conceptos
que sustentan estas palabras. Me digo que no influyen, que se las ha
vaciado de contenido y de compromiso, y que cada uno se queda con lo
que que quiere lo cual, por formación ética y humanista, es poco. Con
el tiempo se convertirán en bagatela de tertulia, a un paso del
folclore social y político.
Las miro de cerca. Cuando se refugian en una lectura, van
untadas en cientos de títulos; nadie se interesa por ellas hasta tal
punto que sean una guía de cabecera para el lector, reconduzca su
sentir o sus hábitos, añada sensibilidad, esperanza o consuelo y buen
hacer a su vida. Son pura evasión. Solo se trata de divertir en el
caso del relato en general, o de distraer al personal intrigando un
poquito con los personajes y cuatro peripecias desarrolladas con
habilidad. No hay misterio verdadero, no hay Literartura profunda, y
no hay ni una sola lectura decisiva para cada hombre. No hay cultura.
Yo digo que no hay.
viernes, 7 de diciembre de 2012
NOTICIAS DE LA PRESENCIA DE LA EDITORIAL PIRINEO EN LA XVIII FERIA DEL LIBRO ARAGONÉS DE MONZÓN.
miércoles, 5 de diciembre de 2012
PRESENTADO EL LIBRO HERIDAS DE GUERRA EN UN CORAZÓN ALTOARAGONÉS EN MONZÓN.
miércoles, 28 de noviembre de 2012
XVIII FERIA DEL LIBRO ARAGONÉS. MONZÓN 2012
3ª PresentaciónRafael Jiménez Martínez presentará su libro "ElPortal de las Brujas".El día 8 a las 11,30 horas. Todas estás presentaciones se realizarán en el recinto principal de la feria. |
sábado, 24 de noviembre de 2012
PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE JOSÉ ANTONIO ADELL
Adell en su novela nos recuerda que en la Guerra Civil española perdimos todos.
En el salón de actos del Palacio Duquesa Villahermosa de Huesca, José Antonio Adell presentó su tercera novela:"Heridas de Guerra en un corazón Altoaragonés.
Acompañado de dos grandes amigos: Antonio Angulo, periodista, que nos hizo una semblaza del autor y Luis Gómez, profesor de lengua y literatura, que hizo un análisia literario de la novela.
viernes, 23 de noviembre de 2012
Próxima publicación, a mitades de diciembre, del libro "La Cabeza Hablante de Mathausen" de
Vicente Casasús Granada. Vicente Casasús publica su segunda novela cinco años después de su primera obra "Una Mañana De Agosto".
Con una idea original, la de un exiliado español preso en el campo de concentración de Mathausen donde se ocultó de sus guardianes durante cuatro años, hasta la liberación del campo. Una vez liberado tiene que demostrar a sus liberadores y compañeros presos que realmente se había escondido de sus guardianes y no había sido un colaboracionista.
Con un lenguaje culto y exigente, el autor nos demuestra que se puede hacer una literatura diferente.
miércoles, 21 de noviembre de 2012
Presentación del libro "Las Guerras Carlistas en el Alto Aragón"
Presentación del libro de Ramón Guirao Larrañaga. Las Guerras Carlistas en el Alto Aragón.
Día: 19 de diciembre
Hora: 19,30
Lugar: Salón de actos de la CAI
Calle Coso Alto, 11
martes, 20 de noviembre de 2012
Presentación: Heridas de guerra en un corazón Altoaragonés
EN HUESCA
El día 23 de noviembre se presentará el libro: Heridas de guerra en un corazón Altoaragonés de José Antonio Adell Castán.
Lugar: Palacio de duquesa Villahermosa de Iber Caja.
Hora: 20 horas.
Intervendrán: Antonio Angulo, Luis Gómez y José Antonio Adell.
EN MONZÓN
El día 23 de noviembre se presentará en Monzón.
Lugar: Salón de la Casa de Cultura
Hora: 19,30
EN BINEFAR
Día: 28 de diciembre
Lugar: Salón de actos del Ayuntaniento
Hora: 19,30
EN BARBASTRO
Día: 18 de diciembre
Lugar: Salón de actos de la UNED
Hora: 19,30
http://garciaadell.blogspot. com.es/
El día 23 de noviembre se presentará el libro: Heridas de guerra en un corazón Altoaragonés de José Antonio Adell Castán.
Lugar: Palacio de duquesa Villahermosa de Iber Caja.
Hora: 20 horas.
Intervendrán: Antonio Angulo, Luis Gómez y José Antonio Adell.
EN MONZÓN
El día 23 de noviembre se presentará en Monzón.
Lugar: Salón de la Casa de Cultura
Hora: 19,30
EN BINEFAR
Día: 28 de diciembre
Lugar: Salón de actos del Ayuntaniento
Hora: 19,30
EN BARBASTRO
Día: 18 de diciembre
Lugar: Salón de actos de la UNED
Hora: 19,30
http://garciaadell.blogspot.
María Picontó presenta su libro "Quiero acompañarte"
Presentado el libro de María Picontó Novales "Quiero Acompañarte".
- El día 16 de noviembre fue presentado en el salón de actos del Palacio Duquesa Villahermosa de Iber Caja. Unas cuatrocientas personas llenaron el salón y acompañaron a María Piconto en la presentación de su primer libro.
MERCEDES NASARRE artículo noviembre: Interioridad.
INTERIORIDAD
Vivimos en
una cultura abocada a la acción y a la producción, lo que nos ha conducido a
fijar la atención en el exterior.
Así que
cuando hablamos de la vida interior, ¿qué queremos decir?
Para muchas
personas, la vida interior consiste en lograr cierta tranquilidad interna,
aislarse de los problemas de su vida… o sea, para muchos, la vida interior es
como una técnica para conseguir un mayor equilibrio de su personalidad. Nada
más.
Para otros,
vida interior significa algo de índole religioso. Armonizarse con esa fuerza
superior (Dios, la Energía, el Uno…). Dirigirse a eso superior.
Para otras
personas, la interioridad aún tiene otro sentido: se trata de ver lo que ocurre
dentro, desenmarañar todos los nudos, condicionamientos, ideas, costumbres,
historias… y llegar a la identidad última, al fondo del ser. Más allá de todas
los programas mentales.
Se
descubren cosas muy interesantes cuando se realiza un trabajo interior, pero lo
fundamental es que todo lo que nos ocurre, todas las circunstancias y confusiones
de nuestra vida no son más que fruto de la confusión o contradicción que hay en
nuestro propio interior. La vertiente interior, o subjetiva, y la vertiente
exterior, u objetiva, son dos aspectos de la misma cosa. Así que en la medida
que en nuestro interior haya un foco luminoso, positivo, todo nuestro alrededor
se irá convirtiendo en algo positivo, en algo amoroso.
Y, ¿qué
necesitamos para eso? Sólo Humildad y Silencio.
Exterioridad
e interioridad son los dos planos de la condición humana, pues el ser humano es
capaz del doble movimiento, hacia los adentros y hacia el afuera.
La cultura
actual entraña una gran dificultad para vivir desde dentro, en reposo profundo.
Hay muchas
posibilidades de moverse, estímulos de todo tipo en una sociedad plural. Nuevas
técnicas y cantidades ingentes de
información… pero al mismo tiempo, cada vez hay más personas llenas de estrés,
dispersas; personas nerviosas que viven
fuera de sí, o personas evadidas y superficiales. O personas insatisfechas y
vacías con la boca siempre abierta para tragar o consumir cualquier cosa. Por
no hablar de la depresión, el mal de este siglo…Ruido y prisa, ese es el
escenario habitual.
Es
necesario vivir desde el fondo de nosotros, desde el silencio. Cada uno, según
su modo de ser y las circunstancias de su vida, debe encontrar la soledad que
necesita para tocar esa dimensión, ese fondo del alma, que es el fondo de todos
nosotros. El fondo de todas las cosas.
Y ¿cómo
hacer silencio dentro de nosotros?
Porque en el exterior no es muy difícil pero dentro…
encontramos una mente en conversación constante, que va de un pensamiento o
emoción al siguiente, que no para de moverse. Buscamos la paz, pero sin darnos
cuenta, entramos en un círculo interminable de deseos, follones…etc. que nos
alejan cada vez más de nuestro ansiado sosiego.
Os invito
ahora a llevar a cabo un pequeño ejercicio de centramiento:
Cierra los
ojos y presta atención a tu cuerpo. Acomódalo para poder permanecer quieto
durante un rato. Siente, no imagines, siente tu cuerpo. Siente su peso…siente
como ese peso descansa en el respaldo y el asiento que lo sostiene. Siente la
columna y las caderas. Siente las piernas, los pies. Siente el peso de tu
cabeza…desplázala lentamente hacia delante, hacia un lado, hacia el otro, y haz
todos los ajustes que quieras hasta que su peso repose naturalmente.
Siente la
musculatura del rostro…y aflójala…siente la musculatura del cuello y de la nuca
y aflójalas…siente ahora el pecho y ablanda toda esa coraza. Descuelga el peso
de los hombros. Déjate estar y permanecer quieto…
Presta
ahora atención a la respiración…observa su vaivén, que funciona por sí solo.
Con cada espiración deja que salga toda la tensión y contrae tu vientre para
que salga toda. Luego deja que la inspiración sea libre, amplía desde abajo,
desde más abajo del ombligo, en lo profundo. Que se expanda todo, el vientre,
el pecho, los costados, las clavículas…Siente esta marea, este movimiento de la
vida, siente que no es preciso hacer nada para ser, siente la simple sensación
de ser…
Toda la
atención mental en esta sensación de la respiración. Cabeza, corazón y cuerpo
unidos. El ser respirando…quieto, sosegado…y silencioso…en este inmenso espacio
en el que todo emerge…las sensaciones corporales, las emociones, los
pensamientos… déjalos pasar…y sin reaccionar a ellos, acaban
desapareciendo…como las nubes que pasan por el cielo.
Aquí
estás…sin hacer nada…sin esfuerzo, nada que ser…silenciosamente presente…Aquí y
ahora…en la Presencia que todo lo impregna…Ya estás en tu sitio…El Silencio
hecho Presencia. El Silencio, de donde surge todo (o acaso existiría la música
sin el silencio? )
Tan fácil como
que todos los días dedicáramos quince minutos a sentir el Silencio. Tan fácil
como prestar atención profunda a todo lo que nos pasa dentro. Sin juicios, con
amor y con infinita paciencia. Tan fácil como respirar.
Dra.
Mercedes Nasarre Ramón
Psiquiatra
y Terapeuta
Se permite la reproducción de este artículo indicando la procedencia:
unpsiquiatraseponearezar.es
Mercedes Nasarre Ramón
Editorial Pirineo
Se permite la reproducción de este artículo indicando la procedencia:
unpsiquiatraseponearezar.es
Mercedes Nasarre Ramón
Editorial Pirineo
domingo, 4 de noviembre de 2012
GALERÍA FOTOGRÁFICA.
Miguel Gardeta Jordan autor del libro "Cruce de Fronteras" en la presentación del libro y firmando ejemplares de su obra en el día del Editor Aragonés- |
Ferias del libro 2012. Zaragoza, Jaca Y Huesca.
Mercedes Nasarre, Jesús María Alemany presentado el libro "Un Psiquiatra se Pone a Rezar" en Teruel. |
Mercedes Nasarre y Alemany presentado el libro en Logroño. |
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