Cultura democrática? ¡Y una mierda!
Nos
sorprendía ayer por la tarde el trágico suceso que todos ya conocerán. En León,
la presidenta de la diputación, Isabel Carrasco, moría tiroteada en plena
calle. Inicialmente no se sabía nada más, pero conforme fue avanzando la tarde,
la policía detuvo a la supuesta asesina, una mujer que, al parecer, había
actuado en venganza después de que su hija fuera despedida de la citada
diputación.
Quizás
me haya equivocado a la hora de escribir el motivo de la agresión; tal vez ni
siquiera haya sido realmente una mujer quien haya cometido el asesinato. No
importa. Lo realmente importante es que se ha cometido un asesinato contra una
persona, a sangre fría, mientras esta volvía a su casa del trabajo.
Después
me he enterado de que Isabel Carrasco, además de ser presidenta de la
diputación de León, formaba parte de la cúpula del PP en esa comunidad.
Y
han estallado las redes sociales. Mi estupor ha llegado a cotas insospechadas
cuando he tenido la oportunidad de leer mensajes en Facebook o Twitter
como: “una corrupta muerta, una corrupta menos”, o “una corrupta menos en
España; piun, piun”.
Tal
vez mi concepción del mundo y de la sociedad no sea acorde con los tiempos en
los que vivimos pero, ¿acaso la gente que escribe ese tipo de cosas no se da
cuenta de que están hablando de un ser humano?, ¿en serio vivimos en un país
que permite ese tipo de elementos dentro de su sociedad?
No
estoy defendiendo la inocencia de la fallecida; Dios me guarde, y allá cada
cuál con lo que haya hecho en vida, sea correcto o corrupto pero, e intentando
entrar en los pensamientos de los sujetos que se permiten escribir ese tipo de
cosas, me pregunto si realmente saben lo que están escribiendo; si saben qué
supone el significado de todo lo que teclean en su ordenador o en su teléfono
de última generación.
Ahora
algún iluminado me diría: “es que la justicia no funciona y por fin se ha hecho
algo”. Pues nada, salgamos todos a la calle armados y tomemos nuestra propia
justicia. Que nos despiden, disparo en la cabeza; que nos empujan en el metro,
disparo en la cabeza; que no nos gusta como huele quien tengo delante en la
cola del banco, disparo en la cabeza... total se lo merecía, era un corrupto, o
peor aún, votante del PP.
Ahora
yo me pregunto qué hubiera pasado si en lugar de ser del PP, Isabel Carrasco,
hubiera sido de otro partido político, porque claro, todos los mensajes de las
redes sociales hacían referencia a la afiliación política de la desgraciada
para, digamoslo así, justificar su asesinato. Como era del PP, merecía morir.
Y,
¿nos permitimos el lujo de llamarnos país demócrata?, ¿en serio sabemos qué
significa la palabra democracia?
Bueno,
admito que soy demasiado joven para meterme en berenjenales que atañen a una
generación anterior a la mía. No es mi intención ni entrar en debates
historiográficos, ni revolver un pasado que, a mi juicio, debería estar no solo
enterrado, sino olvidado. ¿De qué sirve que el reloj siga avanzando si no somos
capaces de darnos cuenta de que hemos cambiado de día, de época y de régimen?
Porque, no nos engañemos; seguimos pensando exactamente igual que hace
cincuenta años.
Y
eso es lo triste de nuestra sociedad, y por eso suceden cosas como la de ayer;
y por eso existen ANORMALES que se permiten el lujo de bromear con el asesinato
a sangre fría de un ser humano.
Justicia,
revolución, acción... ¿de verdad somos tan tontos para dejarnos manipular de
esa manera?, ya hemos visto las suficientes revoluciones armadas como para
saber que si se dieron en su día fue, única y exclusivamente para que hoy, TÚ,
no tengas la necesidad de tomar un arma y jugarte la vida por ningún ideal. Si
no hemos aprendido eso, no hemos entendido NADA.
Hoy
la revolución no es con armas, es con ideas. Hoy la verdadera revolución es ser
capaces de cambiar de mentalidad sin las armas. La verdadera revolución es ser
capaces de vivir en una sociedad madura, y no ir por la calle disparando a la
gente, y estar orgullosos de ello; aunque nuestras víctimas fueran votantes del
PP.
No hay comentarios:
Publicar un comentario